Cristo de la Humildad
La imagen del Cristo de la Humildad es una talla realizada en madera policromada de pequeña factura, que más que buscar algún tipo de reconocimiento artístico parece realizada para la reflexión devocional.
La representación iconográfica del Cristo de la Humildad y Paciencia ha sido un tanto controvertida. En nuestro pueblo, tradicionalmente se ha señalado como el momento en el que el Mesías acaba de ser flagelado y está sentado en una piedra recibiendo la mofa de sus verdugos. Según diferentes estudios teológicos, se da la opinión de que esta imagen representa a Jesús en el Gólgota sentado en una piedra esperando con resignación para ser crucificado, y espera con paciencia la llegada de la hora de su muerte (1). Buscando imágenes similares reafirmamos esta teoría. Uno de los ejemplos es el Cristo de la Humildad y Paciencia de la cofradía Sevillana de la Cena, el Cristo responde a esta iconografía, incluso Jesús M. Palomero(2) nos comenta en el libro Glorias religiosas de Sevilla (1882) de José Bermejo como el paso se representaba con dos sayones, la cruz tendida en el suelo y otro sayón realizando el hoyo para la exaltación de la cruz. También observamos las imágenes de los dos cristos de Francisco Alonso de Raya (2º tercio del s. XVII) en Icod de los Vinos y en Garachico (Santa Cruz de Tenerife)(3) con el mismo tema. Más cercanas tenemos también referencias, como el del Cristo de la Humildad y Paciencia que había en San Luis el Real de Málaga o el Cristo de la Humildad de la vecina ciudad de Antequera(4).
La representación de la iconografía del Cristo de la Humildad y Paciencia tiene su origen en la Edad Media, pero no será hasta la era renacentista cuando tenga su máximo apogeo. La mayor difusión se hace a través de los grabados del alemán Alberto Durero (La Gran Pasión y La Pequeña Pasión) (1510-11). También en estos años surgen las teorías humanistas de Erasmo de Rótterdam en las cuales el hombre es el centro del mundo y no Dios, así que esta imagen de Cristo es muy importante para ellos ya que es la representación de un hombre ultrajado, no es un dios, sufre pero se resigna, tiene paciencia y perdona.
Otra representación humanista es la del Cristo paciente como el dios clásico Saturno, que también es un tema más recurrente de los renacentistas las referencias al mundo grecolatino.
En los siglos XVII y XVIII la representación tiene gran expresión en España, sobretodo en Andalucía y Canarias y de estas regiones pasa a Latino América.
Se suele representar sentado en una piedra del monte Gólgota con la mano en la mejilla, pensativo, melancólico. Alguna vez se suele poner las vestiduras a sus pies.
La imagen que tiene la Cofradía de la Humildad de Archidona está dentro del estilo manierista de los últimos años del s. XVI. Tiene ese toque idealizado, típico del manierismo, en la ligera torsión de su pierna derecha y suave adelantamiento de su espalda. Su rostro no nos demuestra sentimiento de sufrimiento. El toque más realista y más barroco es la policromía, y sobretodo en sus espaldas donde la gran cantidad de sangre nos muestra la dureza de su pasión. De gran belleza es el paño de pureza con unos dibujos vegetales en estucado dorado.
El Cristo lleva una serie de postizos que le dan más teatralidad. En una restauración en el s. XVIII se le ponen ojos de cristal, dientes de marfil y pestañas y se le realizan una serie de intervenciones en la cabeza(5). En el s. XIX se le añaden la columna de plata y la caña, lo que hace que la iconografía de la imagen se confunda hasta nuestros años. También en este siglo se añaden la corona de espinas, potencias y el cordón de plata.
Virgen de los Dolores
La Virgen de los Dolores es una imagen de candelero que representa a la virgen dolorosa reina del dolor. Es cotitular de la Cofradía de Ntro. Padre Jesús de la Humildad desde 1930 en que, por decreto episcopal, obtiene licencia para hacerse cargo del cuidado y culto de la imagen, así como para agregar al título de la misma el de la advocación de dicha sagrada imagen.
Sigue los parámetros formales de las dolorosas andaluzas del s. XVII, siglo en el cual se puede fechar. La imagen es de una gran belleza, de factura muy cuidada, lo cual nos demuestra nos demuestra la gran calidad del autor en su trabajo.
La representación de la Virgen tiene su origen en el s. IV, cuando se produce la conversión al cristianismo por parte del Imperio Romano. En estos primeros años se copian las imágenes clásicas para convertirlas a la nueva religión. En los primeros años de la división del Imperio Romano la representación de la Madre de Dios, por influencia bizantina, se hace como una emperatriz, con mucho lujo, recubierta de dorados y orfebrería, con corona imperial y pañuelo en la mano(6) , muy parecido a como lo conocemos hoy en día.
Las representaciones que conocemos hoy tienen su origen en el S. XVI tras el concilio de Trento (1563). En el año 1565 Gaspar de Becerra realiza una imagen de la Virgen de la Soledad para Isabel de Valois(7) que se puede considerar como el precedente de la imaginería marianista que nos ha llegado hasta la actualidad.
A partir de estos años en adelante, la representación de la imagen de la Virgen sigue unas pautas como son la de hacer imágenes de candelero, con una serie de ropajes muy lujosos que toman como referencia las grandes cortes europeas. Estos elementos, añadidos a las imágenes, hacen que posean una gran teatralidad y un gran efectismo, tal como intentaba buscar el Concilio de Trento.
La imagen de la Virgen de los Dolores de la cofradía de la Humildad posee las características típicas de las imágenes dolorosas del S. XVII. Es una imagen intimista, con un rostro que refleja una gran serenidad, sin demostrar un excesivo dolor. Otra característica que poseían las imágenes dolorosas andaluzas era tener las manos entrelazadas en actitud orante. La Virgen de los Dolores, como el resto de las Vírgenes de Archidona, poseía así las manos, aunque desgraciadamente ya no las tiene así. La Virgen sufrió una restauración a final de los años ochenta por Antonio Dubé de Luque.
La Virgen de los Dolores es la representación apocalíptica de la Madre de Dios, atravesada por un puñal, coronada de estrellas y con la luna a los pies, lo que le da una mayor teatralidad a la imagen.
La dolorosa de la cofradía de la Humildad procesiona el Viernes Santo una de las joyas del patrimonio semanasantero archidonés, como es el manto bordado por D. Joaquín Checa sobre terciopelo negro en el año de 1866. También posee una saya bordada por José Manuel Moreno y corona imperial, en metal dorado, realizada por la casa Orrico en el año 1958.
Citas: (1) J. J. Martín González. “El arte procesional del barroco”. 1991.
(2)(3) Jesús M. Palomero. “La Semana Santa de Sevilla, paso a paso”. ABC 1994.
(3) J. J. Martín González. “El arte procesional del barroco”. 1991
(4) J. A. Sánchez López. “Iconografía”. “Enciclopedia interactiva de la Semana Santa de Málaga”. 1998.
(5) “Informe restauración Stmo. Cristo de la Humildad”. Los Campanilleros. 1997.
(6) José Mª. Trens. “María. Iconografía de la Virgen en el arte español”. 1946.
(7) J. A. Sánchez López. “Iconografía”. “Enciclopedia interactiva de la Semana Santa de Málaga”. 1998.